Dicen que un colodro al que le gustaba mucho el vino se encontró el domingo de Carnaval al medio día con otro al que también le gustaba mucho el pirriaque y que normalmente se bebia hasta la lejía de la lavadora, pero se quedó espantao al ver que su amigo estaba bebiendo fantita... ¡Olegario! ¿Qué te ha pasao, estás malo, tu bebiendote una fanta y a estas horas? y le contesta el otro.. Mira Casimiro, es lo que hay... ¿Y por qué Olegario? ¡Anda y tomate un blanquito!
Nó... Casimiro, nó. Que ayer vino mi suegra a vernos y cuando abrí la puerta la ví doble y lo uniquito que me faltaba a mí es que la señora se multiplicara por dos.
Nó... Casimiro, nó. Que ayer vino mi suegra a vernos y cuando abrí la puerta la ví doble y lo uniquito que me faltaba a mí es que la señora se multiplicara por dos.