En estas fechas me acuerdo que los que fueron a clase con el tío de Juán, recordarán que siempre estaba de buén humor y canturreaba:
Una tarde fresquita de Mayo
cojí mi
caballo para pasear,
por los sitios que me he acostumbrado
en tiempos pasados para recordar,
pero ya no crecían las
flores
que formaron una falsa ilusión,
con el frío de los temporales
secó los rosales de mí corazón.