Resulta que el Papa Beneditto llega a Roma después de un largo viaje y va su chofer con una limusina a recorgerlo del aeropuerto. En eso que ve el pobre chofer a su Santidad muy pensativo y duditativo para subirse al coche y se queda esperando un rato con la puerta abierta para que el Papa entre en el vehículo.
Después de unos minutos en esta situación le dice su Santidad al buén hombre... ¿Me dejaría usted conducir a mí el coche?... Pero su Santidad, eso no puede ser, me reprenderian y me podrian despedir de mi trabajo.... ¡Hagamé ese favor! dice el Papa, yo nunca he podido conducir un coche por mis cargos en la Santa Madre Iglesia y me haría usted muy feliz, sientesé atrás y yo conduzco. A el pobre hombre no le queda más remedio y deja el bolante al Pontífice.
Salen del aeropuerto a toda velocidad y nada más salir ya vá arrepentido el chofer. Salen a la autovia a 180 Km. por hora y cuando han recorrido unos kilómetros, la policia los interfecta y los para.
¡La cara del pobre polícia! Se queda con la boca abierta al ver al conductor del vehículo y desconcertado llama a su jefe.... Jefe he interfectado y parado a una limusina a 180 Km. por hora... Pués murteló usted.... No puedo jefe se trata de alguién muy importante... Nó importa usted lo empapela... Repito señor, es muy importante... ¿Quién es, el alcalde? Multeló.... Nó señor más importante.... ¿Un ministro? a empapelarlo....... Nó señor más importante.... ¿El primer ministro? a ese una multa gorda...... Nó señor más importante todabia.
¿Pero a quién ha parado usted?
Jefe por quién vá conduciendo el vehículo, creo que el pasajero es DIOS....
Después de unos minutos en esta situación le dice su Santidad al buén hombre... ¿Me dejaría usted conducir a mí el coche?... Pero su Santidad, eso no puede ser, me reprenderian y me podrian despedir de mi trabajo.... ¡Hagamé ese favor! dice el Papa, yo nunca he podido conducir un coche por mis cargos en la Santa Madre Iglesia y me haría usted muy feliz, sientesé atrás y yo conduzco. A el pobre hombre no le queda más remedio y deja el bolante al Pontífice.
Salen del aeropuerto a toda velocidad y nada más salir ya vá arrepentido el chofer. Salen a la autovia a 180 Km. por hora y cuando han recorrido unos kilómetros, la policia los interfecta y los para.
¡La cara del pobre polícia! Se queda con la boca abierta al ver al conductor del vehículo y desconcertado llama a su jefe.... Jefe he interfectado y parado a una limusina a 180 Km. por hora... Pués murteló usted.... No puedo jefe se trata de alguién muy importante... Nó importa usted lo empapela... Repito señor, es muy importante... ¿Quién es, el alcalde? Multeló.... Nó señor más importante.... ¿Un ministro? a empapelarlo....... Nó señor más importante.... ¿El primer ministro? a ese una multa gorda...... Nó señor más importante todabia.
¿Pero a quién ha parado usted?
Jefe por quién vá conduciendo el vehículo, creo que el pasajero es DIOS....