Como cada día recuerdo más de los años que viví en Hinojosa, recuedo que cuando tenía cinco añitos una siesta estábamos unos amiguitos de la fontanilla en el quiosco de la plaza saltando y un municipal nos dió una voz y salimos corriendo y yo que era más pequeño perdí una sandalia y llegué a mi casa con una sola (ya no creo que esté)