Ese cirujano en el restaurante que observa al camarero y vé que anda un poco torcido. Va y le dice.. Disculpe mozo, ¿tiene hemorroides?
¡No señor! sólo lo que figura en el menú.
¡No señor! sólo lo que figura en el menú.
Como ahora estamos solos y los niños no no oyen un chiste
verdecillo.
UNA PAREJA QUE ESTA EN LA CAMA
Y LE DICE EL MARIDO ALA MUJER
NIÑA, NIÑA, NIÑA,
QUE ESTOY SIN CALZONCILLOS.
MUY BIEN PUES RECUERDAMELO MAÑANA QUE TE LEVE UNOS
verdecillo.
UNA PAREJA QUE ESTA EN LA CAMA
Y LE DICE EL MARIDO ALA MUJER
NIÑA, NIÑA, NIÑA,
QUE ESTOY SIN CALZONCILLOS.
MUY BIEN PUES RECUERDAMELO MAÑANA QUE TE LEVE UNOS
¡Ay Carmen! que el otro día me contaron uno.... que no me atrebo con él ni yo... porque ya sabeis que yo soy muy comedida y puede ser que... alguién pueda pensar... o haya muchachos chicos de por medio....
Aquí, el niño más chico soy yo y ya tengo el pájaro vestio.
Enga... pués voy, pero luego no digais... ¡ehe!
Una señora que se levanta por la mañana y le dice a su mario... He pasado una noche... ¡ay, que noche más mala! Toda la noche soñando y soñando con un sueño, más raro.... que raro era el sueño.
Sí.. ¿´qué soñabas Mariquita? pués mira Joaquinito, te lo voy a contar.
Esto era que había un arbol muy grande y muy alto y de este arbol colgaban ¿unos frutos?.... eran penes Joaquinito... penes.... y yo saltaba y saltaba a ver si con mis manos agarraba alguno y nada, no los alcanzaba de los altos que estaban y ahí toda la noche volviendo a intentarlo y nada... Total Joaquín que no agarré ni uno.
¡Maria! que yo estaba a tu lado, podrías haber agarrado el mío.
¡Cucha este! como el tuyo había un ciento en el suelo.
Una señora que se levanta por la mañana y le dice a su mario... He pasado una noche... ¡ay, que noche más mala! Toda la noche soñando y soñando con un sueño, más raro.... que raro era el sueño.
Sí.. ¿´qué soñabas Mariquita? pués mira Joaquinito, te lo voy a contar.
Esto era que había un arbol muy grande y muy alto y de este arbol colgaban ¿unos frutos?.... eran penes Joaquinito... penes.... y yo saltaba y saltaba a ver si con mis manos agarraba alguno y nada, no los alcanzaba de los altos que estaban y ahí toda la noche volviendo a intentarlo y nada... Total Joaquín que no agarré ni uno.
¡Maria! que yo estaba a tu lado, podrías haber agarrado el mío.
¡Cucha este! como el tuyo había un ciento en el suelo.
¡Venga juan! sigue...