Yo venía antes de colegios donde muchos profesores pegaban y castigaban de forma humillante, algunos de ellos hasta disfrutaban pegando con las reglas en las manos o dando en los cachetes. A mí esos maestros llegaban a amarrarme la mano izquierda con cuerdas y alambres al pupitre para que no pudiese escribir con esa mano, y es que siendo zurdo... ya me diran. Eso pasaba en colegios públicos. En el seminario jamás vi en esos dos cursos que un alumno fuese golpeado ni tampoco humillado con castigos.