Estuve dos cursos pero fueron muy intensos porque participaba en todo (menos en eso de las matanzas de cerdos, jejeje). Conocía todos los rincones porque no sé aún porque motivo los frailes me dieron responsabilidades y libertad para moverme por todo el recinto. Junto a otro compañero de Coín (Málaga) era el encargado del movimiento de salida de la cocina hacia el comedor a través del torno de las monjas. Nos turnábamos los dos en ese menester, una semana empezaba comiendo rápido y cuando terminaba me iba al torno y él se sentaba a comer, y a la otra semana, al revés.