Buenas noches. Después de unos días ausente en el foro estoy de nuevo por aquí. Me alegro de ver a las personas con las he comentado por aquí y también aprovecho para saludar a Julio y a Sebastián. Veo que este último estuvo en el seminario varios años antes que yo llegara, unos 6 ó 7. Cuando llegué, a la parte que llamaba huerta ya no existía como tal, tampoco la granja. Los frailes la tenían a las afueras del pueblo. Esa parte era completo el campo de futbol, el frontón y la pequeña cancha donde se jugaba voleibol que estaba justo delante del portón de salida y a la espalda de la capilla.
Voy a explicar un poco lo de la granja a la que haces referencia.
Esta granja estaba a 4 Km del pueblo después de pasar el campo de aviación, tiene una superficie de 60 Has, y fué donada por una señora conocida en Hinojosa como la niña de D. Tomás. De esa huerta salían todas las verduras que se consumian en el convento y también las vacas, ovejas, cerdos, gallinas y conejos.
Allí se construyó una gran casa preparada para pasar parte de las vacaciones solo para los de cursos superiores. Yo estuve dos veranos y era una gozada, teníamos horarios de misa, piscina y para todo, pero había muchas horas libres y nos podíamos ir a pasear por el campo.
Todo esto cambió cuando entro el señor Pepe que por cualquier cosa prohibía el baño, el recreo o lo que se le antojara, pero yo con suerte no me tocó con él.
Esta granja estaba a 4 Km del pueblo después de pasar el campo de aviación, tiene una superficie de 60 Has, y fué donada por una señora conocida en Hinojosa como la niña de D. Tomás. De esa huerta salían todas las verduras que se consumian en el convento y también las vacas, ovejas, cerdos, gallinas y conejos.
Allí se construyó una gran casa preparada para pasar parte de las vacaciones solo para los de cursos superiores. Yo estuve dos veranos y era una gozada, teníamos horarios de misa, piscina y para todo, pero había muchas horas libres y nos podíamos ir a pasear por el campo.
Todo esto cambió cuando entro el señor Pepe que por cualquier cosa prohibía el baño, el recreo o lo que se le antojara, pero yo con suerte no me tocó con él.