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Quiero hacer mención a unas cuantas palabras que no se pueden olvidar y Mari nos recuerda alguna vez.
"Ogaño" como otras veces y con este frío nos quedaremos en la "mesatufa" "atizando" el brasero,
y no como las niñas que son unas "casporras" y están jugando a la "lángara" y la "soga" en las "lanchas" de la acera del "Callejón Las bolas",
y el vecino que es un "banduendo" y "chuchurrío" siempre va "frangollao", se pone a "esculcar" por la "chapera" de la puerta "falsa",
y es que es tan "refullero" que salió a un "mandao" y se fué de "mojinganga" dando más vueltas que una "trompila",
y como es tan "farrullero" dice que "trompicó" en un chinato, y se le "farató" lo que llevaba,
y se ha "tronchao" una mano, así que ahora está "changao" pero su madre sigue diciendo que es más "apañao" que un "jarrillo lata".
"Ogaño" como otras veces y con este frío nos quedaremos en la "mesatufa" "atizando" el brasero,
y no como las niñas que son unas "casporras" y están jugando a la "lángara" y la "soga" en las "lanchas" de la acera del "Callejón Las bolas",
y el vecino que es un "banduendo" y "chuchurrío" siempre va "frangollao", se pone a "esculcar" por la "chapera" de la puerta "falsa",
y es que es tan "refullero" que salió a un "mandao" y se fué de "mojinganga" dando más vueltas que una "trompila",
y como es tan "farrullero" dice que "trompicó" en un chinato, y se le "farató" lo que llevaba,
y se ha "tronchao" una mano, así que ahora está "changao" pero su madre sigue diciendo que es más "apañao" que un "jarrillo lata".
Buenos días.
Gracias Sebastián por tan bonito relato, pero por unos momentos me sentía que estaba escuchando a mi madre. Me he sentido muy identificada colodra, colodra, pero parecía que estaba en el pueblo. Me alegro mucho poderlo leer y añoro esa época en la que llegaba a mi casa y mi madre me contaba cosas con ese vocabulario que tanto me gusta escuchar cuando voy. Dichosos todos los que siguen viviendo en el pueblo y no han tenido que abandonar su tierra,
Gracias Sebastián por tan bonito relato, pero por unos momentos me sentía que estaba escuchando a mi madre. Me he sentido muy identificada colodra, colodra, pero parecía que estaba en el pueblo. Me alegro mucho poderlo leer y añoro esa época en la que llegaba a mi casa y mi madre me contaba cosas con ese vocabulario que tanto me gusta escuchar cuando voy. Dichosos todos los que siguen viviendo en el pueblo y no han tenido que abandonar su tierra,