Un matrimonio con nueve hijos estaban en la parada del autobús para ir a
Sevilla y llegó un hombre cojeando y con una muleta, cuando llega el autobús empiezan a subir los niños y también la señora y cuando va a subir el marido le dice el conductor que ya está lleno y no pueden subir más, y al quedarse en la parada los dos hombres solos, el cojo no paraba de moverse y sonando la muleta porque tenía una chapa en la punta.
Entonces el otro le dijo: ¡Me está poniendo nervioso! le tenía que haber puesto
... (ver texto completo)