Mari, si te emocionan las campanas a tí que estás tan cerca que casi se pueden oir, imagínate con las veces que subí a repicar con otros amigos a ésta torre (ya derrumbada) y a pesar que hace mucho tiempo, cuando oigo una campana me viene aquel recuerdo.
Hay cosas que apenas se pueden explicar, y cuando las recuerdas empezarías a escribir con aquellas ganas de decir lo mucho que sientes que hasta las teclas del ordenador saben ellas solas lo que tengo que poner.