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Para Marrufo.
Rumores del campo, noticias oídas
de un cierto farsante dueño de un cortijo.
Que dentro de su casita el tenia un oratorio,
y mucho culto le daba a un santo muy milagroso.
Y un cierto día llegó a su finca
un alguacil y dijo así.:
Quiero que se afeite el santo y si no
medio corral lo cogemos desde ahora
pal camino vecinal.
Y al mujer que era liviana
sacó la sierra, sacó la guaña,
y al santo bendito dejaron sin barba.
Rumores del campo, noticias oídas
de un cierto farsante dueño de un cortijo.
Que dentro de su casita el tenia un oratorio,
y mucho culto le daba a un santo muy milagroso.
Y un cierto día llegó a su finca
un alguacil y dijo así.:
Quiero que se afeite el santo y si no
medio corral lo cogemos desde ahora
pal camino vecinal.
Y al mujer que era liviana
sacó la sierra, sacó la guaña,
y al santo bendito dejaron sin barba.