Y había muchas señoras que ademas se ponían otro cántaro en el cuadril para aprovechar mejor el viaje que daban os acordáis de esos cántaros en la cantarera y la botija llena de
agua y al lao un jarrillo pa los niños y lo sanos que nos criábamos corriendo en la
calle y jugando sin apenas peligro de que pasara ningún automóvil pues eran escasos.