En la clase de Cipriano les estan enseñando primeros auxilios.
- Para asegurarme de que habéis entendido todo (dice la profesora) quiero que mañana me traigáis cosas para curar.
Al día siguiente la maestra pregunta.
- Dime, Manuel, ¿qué has traido?
- Yo he traido un algodón.
- ¿Quién te lo ha dado?
- Mi mamá.
- Y me puedes decir ¿para qué sirve?
- Para curar las heridas.
- Y tu mamá ¿que te ha dicho?
- Que le tenemos que poner agua oxigenada.
- Muy bien, Manuel. Ahora tú, María ¿que has traido?
- Yo he traido agua oxigenada.
- ¿Para qué sirve?
- Para desinfectar las heridas.
- Quién te lo ha dado?
- Mi mamá.
- Y ¿qué te ha dicho?
- Que se tiene que aplicar con un algodón.
- Muy bien. A ver ahora tú Cipriano.
- Yo he traido dos bombonas de oxígeno.
- ¿Quién te lo ha dado?
- Mi abuelito.
- Y ¿qué te ha dicho?
- ¡Me ahogo, me ahogo!
- Para asegurarme de que habéis entendido todo (dice la profesora) quiero que mañana me traigáis cosas para curar.
Al día siguiente la maestra pregunta.
- Dime, Manuel, ¿qué has traido?
- Yo he traido un algodón.
- ¿Quién te lo ha dado?
- Mi mamá.
- Y me puedes decir ¿para qué sirve?
- Para curar las heridas.
- Y tu mamá ¿que te ha dicho?
- Que le tenemos que poner agua oxigenada.
- Muy bien, Manuel. Ahora tú, María ¿que has traido?
- Yo he traido agua oxigenada.
- ¿Para qué sirve?
- Para desinfectar las heridas.
- Quién te lo ha dado?
- Mi mamá.
- Y ¿qué te ha dicho?
- Que se tiene que aplicar con un algodón.
- Muy bien. A ver ahora tú Cipriano.
- Yo he traido dos bombonas de oxígeno.
- ¿Quién te lo ha dado?
- Mi abuelito.
- Y ¿qué te ha dicho?
- ¡Me ahogo, me ahogo!
Jajajajaja, ¡pobrecito el abuelo!