Tu abuelo un par de cuernos
siempre llevaba
al hombro, aunque tu abuela
no lo engañaba.
Que no es cornudo
todo aquel que currela
por ver un duro.
Ella se los ponía
pa que aliñara
mojetes y gazpachos
con la aliara.
¡Qué bien sabían
picaillos, pimporretes
y alboronías!
Merendando en el campo
sacaba el asta
hasta que ya tu abuela
decía:- ¡Basta!
Chorros de aliara:
fuente que tus abuelos
sabrosearan.
Flor de aceite y vinagre
les daban gusto
metidos en dos cuernos
sin ser cornudos.
Como eran mochos
en lugar de envestirse
se hacían un ocho.
Así salió tu madre
tan sazonada
y tú una ensaladita
bien aliñada.
Que la ensalada
si no lleva su aliño
no sabe a nada.
Y así estoy yo, mocita,
con tus aliños
prendado y boquiabierto
por tu cariño.
siempre llevaba
al hombro, aunque tu abuela
no lo engañaba.
Que no es cornudo
todo aquel que currela
por ver un duro.
Ella se los ponía
pa que aliñara
mojetes y gazpachos
con la aliara.
¡Qué bien sabían
picaillos, pimporretes
y alboronías!
Merendando en el campo
sacaba el asta
hasta que ya tu abuela
decía:- ¡Basta!
Chorros de aliara:
fuente que tus abuelos
sabrosearan.
Flor de aceite y vinagre
les daban gusto
metidos en dos cuernos
sin ser cornudos.
Como eran mochos
en lugar de envestirse
se hacían un ocho.
Así salió tu madre
tan sazonada
y tú una ensaladita
bien aliñada.
Que la ensalada
si no lleva su aliño
no sabe a nada.
Y así estoy yo, mocita,
con tus aliños
prendado y boquiabierto
por tu cariño.