Esto son dos aceitunas que se caen de lo alto de un precipicio, y al llegar al suelo grita una:
¡Vaya por Dios! Creo que me he roto un hueso
Y le dice la otra:
Serás quejica… ¡si estas rellena de anchoas!
¡Vaya por Dios! Creo que me he roto un hueso
Y le dice la otra:
Serás quejica… ¡si estas rellena de anchoas!