Hace tiempo que no tenía noticias de mi primo Cipriano y hoy me ha llamado para que fuera a esperarlo en el aeropuerto, porque volbía de un viaje que ha hecho por Africa. Ha tardado muchísimo tiempo en pasar la aduana porque nó venía solo.
Detrás de él venía un elefante con un pedazo de pan en cada oreja.
Cuando nuestro amigo Cipriano está frente al inspectores de la aduana, le dicen que declare lo que lleva y él les dá su maleta, la revisan y luego le preguntan... ¿No tiene nada más que declarar? (observando el elefante con el pan en cada oreja, que viene con el viajero).
NO, eso es todo lo que traigo.
¿Cómo qué eso es todo y ese elefante que viene con usted? Y contesta Cipriano..."Desde cuando tiene uno que declarar el bocadillo"
Detrás de él venía un elefante con un pedazo de pan en cada oreja.
Cuando nuestro amigo Cipriano está frente al inspectores de la aduana, le dicen que declare lo que lleva y él les dá su maleta, la revisan y luego le preguntan... ¿No tiene nada más que declarar? (observando el elefante con el pan en cada oreja, que viene con el viajero).
NO, eso es todo lo que traigo.
¿Cómo qué eso es todo y ese elefante que viene con usted? Y contesta Cipriano..."Desde cuando tiene uno que declarar el bocadillo"
Maruja, me parece que tú primo El Cipriano, es un poco "tripero"
¡Qué váaaaa... Don Julio si mi primo Cipriano está canijo, tan canijo, que cuando se duchaba no se frota mucho para no desaparecer.