Llega mi primo Cipriano a la oficina de correos y pregunta:
- ¿Cuanto vale el envio de una carta?
Tres euros.
Y dos cartas ¿cuanto?
seis euros.
¿Y tres cartas?
Nueve euros.
Y dice el Cipriano desesperado.
Al paso que vá esto, no le voy a poder mandar la baraja completa a mi hermano que está en Barcelona.
- ¿Cuanto vale el envio de una carta?
Tres euros.
Y dos cartas ¿cuanto?
seis euros.
¿Y tres cartas?
Nueve euros.
Y dice el Cipriano desesperado.
Al paso que vá esto, no le voy a poder mandar la baraja completa a mi hermano que está en Barcelona.