Esto era un individuo que entró en una optica dónde había una señora mayor probandose gafas y tenía ya mareado al optico, porque se había probado como dos docenas. La buena señora se ponía unas y mirando un períodico decía....
Con éstas no leo.
Veinticuatro veces repitió la prueba, hasta que al cabo, después de ponerse las gafas número veinticinco, miró en el periódico, y dijo muy contenta.
Con éstas leo perfectamente.
Luego las pagó y se las llevó puestas.
Al ver el otro sujeto lo que había hecho la señora quiso imitarla, y empezó a ponerse gafas y a mirar en el mismo periódico; pero siempre decía:
Con éstas no leo.
Así se pasó más de media hora, el posible cliente ensayó con tres o cuatro docenas de gafas, y como no lograba leer con ninguna, las desechaba todas, repitiendo siempre:
No leo con éstas.
El dependiente ya jartito, le dijo:
¿Pero usted sabe leer?
Pues si supiera leer, ¿para qué me iba yo a complar unas gafas?
Con éstas no leo.
Veinticuatro veces repitió la prueba, hasta que al cabo, después de ponerse las gafas número veinticinco, miró en el periódico, y dijo muy contenta.
Con éstas leo perfectamente.
Luego las pagó y se las llevó puestas.
Al ver el otro sujeto lo que había hecho la señora quiso imitarla, y empezó a ponerse gafas y a mirar en el mismo periódico; pero siempre decía:
Con éstas no leo.
Así se pasó más de media hora, el posible cliente ensayó con tres o cuatro docenas de gafas, y como no lograba leer con ninguna, las desechaba todas, repitiendo siempre:
No leo con éstas.
El dependiente ya jartito, le dijo:
¿Pero usted sabe leer?
Pues si supiera leer, ¿para qué me iba yo a complar unas gafas?
jajajajajajaja