Por entrar de centinela
el buen soldado Fernando
se despedía trinando
de su querida Manuela.
Y ella replicaba al tonto:
«No tengas por mí tal duelo,
que al fin me queda el consuelo
de que te relevan pronto».
el buen soldado Fernando
se despedía trinando
de su querida Manuela.
Y ella replicaba al tonto:
«No tengas por mí tal duelo,
que al fin me queda el consuelo
de que te relevan pronto».