Cogen el Ave en Córdoba dos colodros y uno de ellos es tan refino que parece de la capital.
El colodro refinao empieza a presumir de que tiene una gran empresa y comenta además: Soy presidente de un club de lectura y del club de polo soy socio honorífico. Y además toco el violín en la orquesta sinfónica de la provincia.
Cuando estoy en Hinojosa, toco en honor a la Virgen en la parroquia y hasta La Virgen se emociona, la hago llorar de lo bien que lo hago.
El otro paisano jartito le contesta...
Pués yo me dedico a la aceituna y en Hinojosa no tenemos ningún club de esos del polo, pero juegamos al dominó.
No toco el violín, pero toco la trompeta y como tú, todos los sábados a la Virgen, yo se la toco al Santo Cristo.
Cuando acabo la actuación, el Santo Cristo se baja, me abraza y me dice:
¡Tú si que tocas bien y no el idiota ese que hace llorar a mi madre, de lo mal que toca el violín!.
El colodro refinao empieza a presumir de que tiene una gran empresa y comenta además: Soy presidente de un club de lectura y del club de polo soy socio honorífico. Y además toco el violín en la orquesta sinfónica de la provincia.
Cuando estoy en Hinojosa, toco en honor a la Virgen en la parroquia y hasta La Virgen se emociona, la hago llorar de lo bien que lo hago.
El otro paisano jartito le contesta...
Pués yo me dedico a la aceituna y en Hinojosa no tenemos ningún club de esos del polo, pero juegamos al dominó.
No toco el violín, pero toco la trompeta y como tú, todos los sábados a la Virgen, yo se la toco al Santo Cristo.
Cuando acabo la actuación, el Santo Cristo se baja, me abraza y me dice:
¡Tú si que tocas bien y no el idiota ese que hace llorar a mi madre, de lo mal que toca el violín!.