¡Anda qué!
Mari como aquella que me interrogó a mí sentá en el banco en la puerta de la Iglesia (Nuestra Catedral) ¡claro está! Pero de lo del gallo, callayo.
Mari como aquella que me interrogó a mí sentá en el banco en la puerta de la Iglesia (Nuestra Catedral) ¡claro está! Pero de lo del gallo, callayo.
Nó Mari, ella me enteró a mí sin que yo se lo solicitara, pero se quedó con las ganas de cortarme a mí un traje.
contarme que estoy perdia por donde bamos