Vamos a contar un hecho verídico que le sucedió a CIPRIANO una vez que le regalaron un loro y se puso en la plaza a vender melones con él.
Colocó Cipriano los melones en el puesto y puso al loró en muy buena posición a su lado. ¡Vendo buenos melones! pregonaba Cipriano.
y el loro contesta: ¡están podridos, están podridos! Va Cipriano y le jarrea al loro un melonazo en un ojo y se lo deja hecho una pena, total que ya no le sirve.
Al día siguiente vuelve a sacar los melones... ¡vendo melones! y el loro... ¡Son de mala calidad, vende melones malísimos! y el melonero indignado.. zasss... le jarrea otro melonazo en el otro ojo.
Al día siguiente CIPRIANO vuelve a montar su puesto de melones en una esquina y coloca al loro cerquita de él. ¡A los buenos melones.. Vendo melones! y el loro le contesta... ¡y yo cupones, y yo cupones... Cinco numerillooosss llevo esta mañanaaaa!
Colocó Cipriano los melones en el puesto y puso al loró en muy buena posición a su lado. ¡Vendo buenos melones! pregonaba Cipriano.
y el loro contesta: ¡están podridos, están podridos! Va Cipriano y le jarrea al loro un melonazo en un ojo y se lo deja hecho una pena, total que ya no le sirve.
Al día siguiente vuelve a sacar los melones... ¡vendo melones! y el loro... ¡Son de mala calidad, vende melones malísimos! y el melonero indignado.. zasss... le jarrea otro melonazo en el otro ojo.
Al día siguiente CIPRIANO vuelve a montar su puesto de melones en una esquina y coloca al loro cerquita de él. ¡A los buenos melones.. Vendo melones! y el loro le contesta... ¡y yo cupones, y yo cupones... Cinco numerillooosss llevo esta mañanaaaa!