Venid tristes, llegad mustias.
Compungidas y llorosas.
Y una guirnalda de rosas,
poned sobre doña Angustias.
En momento inoportuno,
recurrió a la homeopatía...
Y sin tener mal alguno.
Murió... del que no tenía!
Compungidas y llorosas.
Y una guirnalda de rosas,
poned sobre doña Angustias.
En momento inoportuno,
recurrió a la homeopatía...
Y sin tener mal alguno.
Murió... del que no tenía!
Julio, qué poético andas últimamente. ¿Te viene la vena poética o es el Otoño el que te afecta?.
Será la vena poética, ja, ja, Pues el Otoño en esta ciudad donde vivo, hay años que no se nota, pasamos del verano al invierno y del invierno al verano, casi sin conocer tampoco la primavera.
Claro no cerrais las puertas y no veas como sopla el cierzo, y sobretodo cuando viene de la parte del Moncayo, ¿verdad?.