Me alimenté de ti por poco tiempo,
te devoramos ávidos como fieras,
jamás pensamos nunca en el hueso
pero el hijo de puta hueso llega,
aunque tu no quieras.
Una mañana gris al despertarnos
sentimos en la cocina un vacio grande.
Cerramos nuestros ojos y pensamos.
Se nos acabó el jamón de tanto usarlo.
te devoramos ávidos como fieras,
jamás pensamos nunca en el hueso
pero el hijo de puta hueso llega,
aunque tu no quieras.
Una mañana gris al despertarnos
sentimos en la cocina un vacio grande.
Cerramos nuestros ojos y pensamos.
Se nos acabó el jamón de tanto usarlo.