** La
noche está obscura, obscura;
sobre fogoso alazán, atraviesa la espesura,
del bosque, el conde don Marcial,
sumido en honda amargura.
Llega al borde de un torrente...
piensa en su amor y su gloria,
limpia el sudor de su frente...
lanza un grito... acude gente...
¡y aquí se acaba la
historia!