¡Ojo al taximetro!
Cipriano y sus dos amigos viajan a Madrid para coger un avión con destino a las Bahamas.
Les aconsejan que lo mejor es que tomen un taxi en la misma estación de autobuses donde llegan procedentes de Hinojosa. Les advierten que vayan con gran cuidado para no ser victimas de algún ladrón o timador, que puede ver en ellos una presa fácil.
Y así, buscan un taxi y, antes de subir le dicen al taxista que van al aaeropuerto Y con gran firmeza, para evitar timos, le preguntan cual va a ser el precio del viaje.
El taxista les dice que eso lo marcará exactamente el taximetro. Y se lo enseña.
Colocan sus maletas en el maletero del taxi y ya arranca el vehículo.
Los tres ocupantes van muy atentos a lo que va marcando el taximetro durante todo el recorrido.
Y al llegar, observan que marca 10 Euros exactamente.
No obstante preguntan al taxista cuanto le han de pagar. El taxista les dice que son 13 Euros, pues el equipaje que han trasladado en el maletero se cobra aparte de lo que marca el taximetro.
Esto indigna a los tres amigos y se enfrentan amenazadoramente al taxista.
¡Vaya, nos ha visto cara de ignorantes y nos quiere estafar! Pues está equivocado con nosotros. Pues ya estamos bien avisados para no picar en los timos.
Así que ¡fijese! El aparato este marca solo 10 Euros y eso es lo que la vamos a pagar. O se va anterar de lo que es bueno.
El taxista, ante el cariz que tomada el asunto, pensó que lo más prudente era renunciar a la sobretasa por equipaje antes que sufrir las iras de los viajeros. Y les dice que está bien. Que le paguen lo que marca el taximetro.
Entonces nuestros avispados viajeros, saca cada uno su billete de 10 Euros y le entregan los tres billetes al taxista mientras le advierten muy superiores:
- ¡Creía que ibamos a picar en el timo! Para que aprenda que nosotros estamos muy avisados!
Cipriano y sus dos amigos viajan a Madrid para coger un avión con destino a las Bahamas.
Les aconsejan que lo mejor es que tomen un taxi en la misma estación de autobuses donde llegan procedentes de Hinojosa. Les advierten que vayan con gran cuidado para no ser victimas de algún ladrón o timador, que puede ver en ellos una presa fácil.
Y así, buscan un taxi y, antes de subir le dicen al taxista que van al aaeropuerto Y con gran firmeza, para evitar timos, le preguntan cual va a ser el precio del viaje.
El taxista les dice que eso lo marcará exactamente el taximetro. Y se lo enseña.
Colocan sus maletas en el maletero del taxi y ya arranca el vehículo.
Los tres ocupantes van muy atentos a lo que va marcando el taximetro durante todo el recorrido.
Y al llegar, observan que marca 10 Euros exactamente.
No obstante preguntan al taxista cuanto le han de pagar. El taxista les dice que son 13 Euros, pues el equipaje que han trasladado en el maletero se cobra aparte de lo que marca el taximetro.
Esto indigna a los tres amigos y se enfrentan amenazadoramente al taxista.
¡Vaya, nos ha visto cara de ignorantes y nos quiere estafar! Pues está equivocado con nosotros. Pues ya estamos bien avisados para no picar en los timos.
Así que ¡fijese! El aparato este marca solo 10 Euros y eso es lo que la vamos a pagar. O se va anterar de lo que es bueno.
El taxista, ante el cariz que tomada el asunto, pensó que lo más prudente era renunciar a la sobretasa por equipaje antes que sufrir las iras de los viajeros. Y les dice que está bien. Que le paguen lo que marca el taximetro.
Entonces nuestros avispados viajeros, saca cada uno su billete de 10 Euros y le entregan los tres billetes al taxista mientras le advierten muy superiores:
- ¡Creía que ibamos a picar en el timo! Para que aprenda que nosotros estamos muy avisados!