Un turista regresa a su país con un pollito que le han regalado de recuerdo.
En el avión le dicen que no se puede llevar animales a boldo, así que se esconde el pollito en los calzoncillos, se sienta al lado de una monja y se echa a dormir. Al rato, el pollo saca la cabeza por la bragueta, mira a la monja y dice... pio.... pioooo.... La monja que se alarma y despierta a nuestro turista y le y le dice:
¡Despierte! mire, yo no entiendo mucho de esto, pero creo que se le ha roto a usted un huevo.
En el avión le dicen que no se puede llevar animales a boldo, así que se esconde el pollito en los calzoncillos, se sienta al lado de una monja y se echa a dormir. Al rato, el pollo saca la cabeza por la bragueta, mira a la monja y dice... pio.... pioooo.... La monja que se alarma y despierta a nuestro turista y le y le dice:
¡Despierte! mire, yo no entiendo mucho de esto, pero creo que se le ha roto a usted un huevo.