A tu puerta llama un niño,
tiene túnica morada,
tiritando está de frío,
pidiendo por Dios posada.
- Entra, niño, entra
y te calentarás,
porque en este pueblo
ya no hay caridad,
ni nunca la ha habido
ni nunca la habrá.
Estando los tres cenando,
las lágrimas se le caen.
- ¿Por qué lloras, niño hermoso?
- De ver la cena que hay.
Mis padres de pena
no podrán comer
y, aunque tengan ganas,
no tendrán con qué.
y, aunque tengan ganas,
no tendrán con qué.
- Hace la cama a este niño,
hácesela con agrado,
que quedará en nuestra casa
como hijo regalado.
El niño responde:
- Eso no, señora,
que tengo una madre
que el Cielo la adora,
que tengo una madre
que el Cielo la adora.
Y mi cama es el suelo
desde que nací
y hasta que me muera
ha de ser así,
Que me voy al templo
que el templo es mi casa
y algún día iréis
a darme las gracias,
y algún día iréis
a darme las gracias.
- Jesús, este niño,
en todo es dichoso
yo en mi vida he visto
niño más hermoso,
yo en mi vida he visto
niño más hermoso.
tiene túnica morada,
tiritando está de frío,
pidiendo por Dios posada.
- Entra, niño, entra
y te calentarás,
porque en este pueblo
ya no hay caridad,
ni nunca la ha habido
ni nunca la habrá.
Estando los tres cenando,
las lágrimas se le caen.
- ¿Por qué lloras, niño hermoso?
- De ver la cena que hay.
Mis padres de pena
no podrán comer
y, aunque tengan ganas,
no tendrán con qué.
y, aunque tengan ganas,
no tendrán con qué.
- Hace la cama a este niño,
hácesela con agrado,
que quedará en nuestra casa
como hijo regalado.
El niño responde:
- Eso no, señora,
que tengo una madre
que el Cielo la adora,
que tengo una madre
que el Cielo la adora.
Y mi cama es el suelo
desde que nací
y hasta que me muera
ha de ser así,
Que me voy al templo
que el templo es mi casa
y algún día iréis
a darme las gracias,
y algún día iréis
a darme las gracias.
- Jesús, este niño,
en todo es dichoso
yo en mi vida he visto
niño más hermoso,
yo en mi vida he visto
niño más hermoso.