Se cerraban las cuatro calles el Pilarete y se ponían sillas y un entablado en el centro y en la fachada del convento se ponía una barra. Se cobraba la entrada a 50 pts y corría todo a cargo de la parroquia donde colaborábamos un montón de gente pero llegó a un nivel que ya no se podía sostener y encima el párroco que promovió aquello, enfermó y falleció, así que se termino la verbena. El cura está enterrado en el Santo Cristo.