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Aunque creo recordar que el abuelo a veces, me hablaba de halcones que atacaban a los pollos que iban con la llueca alrededor del cortijo. También las primillas y el águila real. En aquel tiempo abundaban todos ellos. Para mi, eran seres poderosos y fuertes. Por la noche, cuándo cerraban las puertas del cortijo, me sentía dichoso, porque fuera quedaban esas realidades y todos esos miedos y nosotros quedábamos cerrados al mundo, hasta que amanecía. Era una manera infantil de ver las cosas. Cuándo ... (ver texto completo)
Recuerdo que en los últimos meses que pase en el cortijo, nada era como tenia que ser. Me sentía nervioso, extraño, expectante, acompañado todos los días por las suaves y melancólicas lluvias del otoño. Esperando un destino incierto. Lo cotidiano se hacia aburrido, vacío, alertando todos los sentidos hacia lo que había fuera, hasta que de golpe percibí que se había acabado la infancia. Y comenzaba un ciclo nuevo, en el que la inseguridad y a la vez la madurez y la libertad del alma, comenzaban su ... (ver texto completo)
Por no hablarte de cuándo noto que mi soledad ya no se mueve. Antes se iba, volvía, pero ya no. Y es porque se ha amarrado a ella, hipnotizada por su recuerdo. He intentado llevarla de la mano, que ande por si misma, que aprenda a valerse, que sepa ser independiente, pero es una soledad muy obstinada, Petrarca. Creo que se ha hecho a si misma parte de ese recuerdo, fundiéndose con el, para que solo pueda morir cuándo ella muera. no se si me explico, amigo. "Te explicas, Churri, te explicas. Pero ... (ver texto completo)
Aunque creo recordar que el abuelo a veces, me hablaba de halcones que atacaban a los pollos que iban con la llueca alrededor del cortijo. También las primillas y el águila real. En aquel tiempo abundaban todos ellos. Para mi, eran seres poderosos y fuertes. Por la noche, cuándo cerraban las puertas del cortijo, me sentía dichoso, porque fuera quedaban esas realidades y todos esos miedos y nosotros quedábamos cerrados al mundo, hasta que amanecía. Era una manera infantil de ver las cosas. Cuándo ... (ver texto completo)
Llegando a Puerto Mahina, 4 buitres leonados, hermosos, inmensos, sestean y prospectan el terreno desde las alturas. "! mirar, mirar!, parece que flotan" dice el Ukelele. "Antes no había mecanización agraria; solo tracción animal. Les sobraba comida." "Cuando hay buitres ahí arriba es porque algo huele mal aquí abajo" -sentencia el Muerto mirando los pies del media hostia- "! Tio!, no veas como te cantan los pinreles..." "Haya paz, hermanos. Petrarca, ¿sigues con la concejala de "balconing"?... "No, ... (ver texto completo)
Por no hablarte de cuándo noto que mi soledad ya no se mueve. Antes se iba, volvía, pero ya no. Y es porque se ha amarrado a ella, hipnotizada por su recuerdo. He intentado llevarla de la mano, que ande por si misma, que aprenda a valerse, que sepa ser independiente, pero es una soledad muy obstinada, Petrarca. Creo que se ha hecho a si misma parte de ese recuerdo, fundiéndose con el, para que solo pueda morir cuándo ella muera. no se si me explico, amigo. "Te explicas, Churri, te explicas. Pero ... (ver texto completo)
final de primavera de hace unos cuarenta años en Lagunillas. Amanece. Después de un viaje de 800 km para hacer esta ruta, el Petrarca, el Ukelele, el Canicas, el Muerto -su padre tenia una funeraria- el Media Ostia- y el Churri, serpentean por el camino que sube al Cortijo Alto y pasado este, siguen serpenteando por un recóndito y hermoso sendero, hacia las alturas, hacia la Tiñosa. "Fíjate, Petrarca, atrás quedan miles de gentes, unos al laico de otros, compartiendo tabiques, amoríos, soledades, ... (ver texto completo)
Llegando a Puerto Mahina, 4 buitres leonados, hermosos, inmensos, sestean y prospectan el terreno desde las alturas. "! mirar, mirar!, parece que flotan" dice el Ukelele. "Antes no había mecanización agraria; solo tracción animal. Les sobraba comida." "Cuando hay buitres ahí arriba es porque algo huele mal aquí abajo" -sentencia el Muerto mirando los pies del media hostia- "! Tio!, no veas como te cantan los pinreles..." "Haya paz, hermanos. Petrarca, ¿sigues con la concejala de "balconing"?... "No, ... (ver texto completo)
Era tiempo de siembra y el abuelo me llevó un día con él. Al estar la yegua coja y las mulas arando, subimos a lomos de un borrico de mucha alzada y muy mala leche, al decir del abuelo, haciendo el andar intranquilo y lleno de zozobras, debido a la tozudez del asno, que se negaba a todo; finalmente, el abuelo sacó su mejor versión de encantador de burros, y con 2 algarrobas y muchas zalamerías "ellos, en el fondo, muy en el fondo, son como niños" decía rascándole el lomo, y lo encaminó al lugar de ... (ver texto completo)
final de primavera de hace unos cuarenta años en Lagunillas. Amanece. Después de un viaje de 800 km para hacer esta ruta, el Petrarca, el Ukelele, el Canicas, el Muerto -su padre tenia una funeraria- el Media Ostia- y el Churri, serpentean por el camino que sube al Cortijo Alto y pasado este, siguen serpenteando por un recóndito y hermoso sendero, hacia las alturas, hacia la Tiñosa. "Fíjate, Petrarca, atrás quedan miles de gentes, unos al laico de otros, compartiendo tabiques, amoríos, soledades, ... (ver texto completo)
Era tiempo de siembra y el abuelo me llevó un día con él. Al estar la yegua coja y las mulas arando, subimos a lomos de un borrico de mucha alzada y muy mala leche, al decir del abuelo, haciendo el andar intranquilo y lleno de zozobras, debido a la tozudez del asno, que se negaba a todo; finalmente, el abuelo sacó su mejor versión de encantador de burros, y con 2 algarrobas y muchas zalamerías "ellos, en el fondo, muy en el fondo, son como niños" decía rascándole el lomo, y lo encaminó al lugar de ... (ver texto completo)
Por las noches, el abuelo, siempre tenía un rato para cogerme con sus manos encallecidas, al lado de la lumbre. Repasábamos la cartilla y me contaba un cuento, a pesar del cansancio del duro trabajo que se dibujaba en su cara. En esos cuentos salía mucha gente y muchos animales. Unos araban, otros trillaban, otros se iban a otros países y querían volver. Y los animales hablaban. Cada cuento tenía su moraleja. Un día le pregunté que porque se había muerto un vecino. De pronto, no supo que contestarme, ... (ver texto completo)
Podría contar muchas cosas de la influencia del tío abuelo en todos nosotros, durante sus estancias en el cortijo. Hubieron momentos hermosos de aprendizaje y momentos de dudas y turbulencias, hasta que logro despertar en todos, menos en el abuelo, una conciencia critica. Es decir nos enseñó, a rebelarnos, a no ser conformistas y fatalistas ante planteamientos inadmisibles. Y sobre todo, a tomar decisiones. Fugitivo de las represalias y el hambre, el tío abuelo fue consciente desde muy joven, que ... (ver texto completo)
Era un final de Octubre y el otoño comenzaba a derramarse en cascada melancólica sobre las Lagunillas y la sierra. Y después de muchos años, impelidos por la curiosidad y los recuerdos, mis 2 tíos y servidor, volvimos un día al cortijo. Los eucaliptos, las higueras, el arroyo, todo seguía lo mismo, aunque el arroyo ya no murmuraba, la casilla del huerto estaba en ruinas y en el cortijo, parecía no haber nadie. Olía a soledad, a abandono. Pronto sentimos la frialdad de lo que ya no era, de todo lo ... (ver texto completo)
Llegaba la primavera y con ella el tío abuelo. Con un sol deslumbrante, me cogía de la mano y vagabundeábamos por las cercanías del cortijo. Un día, fuimos a dar, a una encina enorme, antigua, de sombra acogedora. Y allí nos sentamos, Comenzó a discursear, como si yo fuera mayor, hablando de la nostalgia que sentía, lejos de nuestra querida tierra. Contó, irónicamente, que había tenido que irse, porque los del mundo claro, le cerraron todas las puertas... y ventanas, al no pensar como ellos. Al principio ... (ver texto completo)
Tribulaciones y anécdotas en el cortijo, hubieron muchas. Pero ninguna como la del tío abuelo y el macho cabrío. Acaeció que el animal, estaba sobreexcitado por el celo de 2 de las cabras de su rebaño, y no siendo el momento de la monta, hubieron de atarlo a una argolla en el corral. En eso, que el tío abuelo, salió a aliviarse, tras una cena copiosa de salmorejo, gallina en pepitoria, torreznos y melón, para celebrar su llegada. Sin darse cuenta y debido a la oscuridad, que no permitía apreciar ... (ver texto completo)
Bueno, aun quedan muchas facetas de la vida en el cortijo, no comentadas. Algunas de ellas, no llegué a conocerlas, pero si oí testimonios orales. Más bien eran tradiciones que han ido desapareciendo. Por ejemplo, los campanilleros. Iban por los cortijos, con su idumentaria típica, incluidas las campanillas, que hacían sonar profusamente, hasta que se les daba algo, lo que se podía. El tío abuelo, era un admirador impenitente de todas estas cosas, comentándolas después, con su toque de humor característico. ... (ver texto completo)
Eres una foto de carnet en la cartera, una foto de perfil y un mensaje de buenas noches. Eres la risa y las lagrimas, las despedidas, los comienzos y una foto en la nevera. Eres la "abre, soy yo", un tupper en el congelador y un pensamiento a media tarde. Eres un ser libre, necesaria, profunda y salvaje...; ¿te animas?...; opina sobre el cortijo.
Mi buen amiga: ¿estás por aquí?. Ummm, por un momento he tenido la sensación de que no andabas lejos. Sí; ha pasado mucho tiempo, Para mí, ha semejado una eternidad. me gustaría saber que te encuentras bien y que la vida sigue mostrándote su mejor cara. Si es así, te deseo de corazón que todo siga fluyendo. Un abrazo grande. Inmenso
Hoy día, si cierro los ojos y relajo el espíritu, regreso a otro tiempo, hace muchos años. Y en un instante, todo lo de entonces, vuelve: el cortijo, la sierra Horconera, la Ermita, el viento primaveral, el olor a violeta y a otros olores difusos, que producen una turbación arrolladora y emotiva, llena de recuerdos e imágenes. Aunque, sosegadamente, pienso que todo esto, no son más que restos del pasado, con un poso sentimental, que no acepta la decadencia y el fin, de todo lo que fue. También he ... (ver texto completo)