Recuerdos y reflexiones de la estación ffcc en La Granjuela.
En aquel apacible pueblo, la vida ferroviaria se detuvo hace más de cuarenta años, desde que en 1974 se suspendiera por la línea Córdoba-Almorchón (133km) el tráfico regular de viajeros.
Muchos años después, en unas de mis visitas, alcé la vista y vi aquel tren de tolvas de carbón vacías, remolcado por una locomotora diesel serie 333, que se dirigía a su destino La Nava de Puertollano; como relámpagos llegaron a mi mente recuerdos de aquella estación ffcc de La Granjuela.
A ella llegaba el tren, sí ese de madera, donde existía la tercera clase, en aquella época cuando la familia al completo íbamos a visitar a nuestros abuelos y tíos. A medida que nos acercabamos, nuestras cabezas se asomaban para divisar el pueblo o a la familia que nos esperaba, incluso en algunos momentos agitando nuestros pañuelos blancos, al pasar por el barrio de El Cerro donde vivía mi abuela paterna, así nos vieran mejor.
En aquella estación, pasé largas esperas a ese tren que, procedente de Córdoba, nos llevaría de vuelta a casa en Almorchón.
Hoy los años pasaron, y ver el estado de deterioro y derrumbe que se encuentra la estación, hace que la nostalgia me entristezca, avalada por esos recuerdos descritos y que convergen con lo que posteriormente sería mi dedicación al ferrocarril con el trabajo en Renfe.
Y aún se mantiene allí, como queriendo resistirse a caerse del todo... sóla, semiderruida con el paso del tiempo, sin servicio que prestar, añorando a los hijos de aquel pueblo que partimos para no volver.
Desde el exilio la recuerdo cada día "La Vieja estación de Tren", es un recuerdo latente de sueños e ilusiones.
A veces los sueños se hacen realidad, porqué no, quizás llegue un día donde, la sociedad de mi país, valore lo que representa los recuerdos del pasado en el camino al futuro, con una Administración, sea estatal, autonómica o local, que vele por su historia, tienda la mano y decrete esa remodelación con un impulso de "levántate y anda".
Hasta que eso llegue, parece que el pasado no existió o quizás será que me estoy haciendo mayor.
Pepe J. C.
(2-04-2017)
En aquel apacible pueblo, la vida ferroviaria se detuvo hace más de cuarenta años, desde que en 1974 se suspendiera por la línea Córdoba-Almorchón (133km) el tráfico regular de viajeros.
Muchos años después, en unas de mis visitas, alcé la vista y vi aquel tren de tolvas de carbón vacías, remolcado por una locomotora diesel serie 333, que se dirigía a su destino La Nava de Puertollano; como relámpagos llegaron a mi mente recuerdos de aquella estación ffcc de La Granjuela.
A ella llegaba el tren, sí ese de madera, donde existía la tercera clase, en aquella época cuando la familia al completo íbamos a visitar a nuestros abuelos y tíos. A medida que nos acercabamos, nuestras cabezas se asomaban para divisar el pueblo o a la familia que nos esperaba, incluso en algunos momentos agitando nuestros pañuelos blancos, al pasar por el barrio de El Cerro donde vivía mi abuela paterna, así nos vieran mejor.
En aquella estación, pasé largas esperas a ese tren que, procedente de Córdoba, nos llevaría de vuelta a casa en Almorchón.
Hoy los años pasaron, y ver el estado de deterioro y derrumbe que se encuentra la estación, hace que la nostalgia me entristezca, avalada por esos recuerdos descritos y que convergen con lo que posteriormente sería mi dedicación al ferrocarril con el trabajo en Renfe.
Y aún se mantiene allí, como queriendo resistirse a caerse del todo... sóla, semiderruida con el paso del tiempo, sin servicio que prestar, añorando a los hijos de aquel pueblo que partimos para no volver.
Desde el exilio la recuerdo cada día "La Vieja estación de Tren", es un recuerdo latente de sueños e ilusiones.
A veces los sueños se hacen realidad, porqué no, quizás llegue un día donde, la sociedad de mi país, valore lo que representa los recuerdos del pasado en el camino al futuro, con una Administración, sea estatal, autonómica o local, que vele por su historia, tienda la mano y decrete esa remodelación con un impulso de "levántate y anda".
Hasta que eso llegue, parece que el pasado no existió o quizás será que me estoy haciendo mayor.
Pepe J. C.
(2-04-2017)