Las imágenes de aquellos tiempos en el cortijo, han vivido y viven en el espíritu de los que allí estuvimos, distendiéndolo y dándole sentido a las vivencias y avatares de aquel lugar, desde mis tíos trabajando en la era, en plena trilla del grano, en los tórridos Agostos, hasta aquellas cosas muy hermosas, que alegraban los días, montes, nubes, ríos, árboles, animales, tormentas, amaneceres, anocheceres... Es como un fulgor vivo, que, creo, arde en nosotros, una lejanía resplandeciente en el tiempo, ... (ver texto completo)
Recuerdo los paseos con el tío abuelo hasta el huerto, parándonos siempre bajo un viejo sauce, de ramas nudosas, que arropaba a la fuente; cerca, habían algunos perales, varios cerezos y manzanos, granados, membrillos y dos grandes higueras. Más abajo, unos bancales de judías y varias colmenas y a continuación, una casilla, ya muy castigada por los años, en la que se guardaban aperos y herramientas: un arado, azadones, escardillos, amocafres, horcas, y hasta una guadaña, también trampas o cepos de ... (ver texto completo)