Podría contar muchas cosas de la influencia del tío abuelo en todos nosotros, durante sus estancias en el cortijo. Hubieron momentos hermosos de aprendizaje y momentos de dudas y turbulencias, hasta que logro despertar en todos, menos en el abuelo, una conciencia critica. Es decir nos enseñó, a rebelarnos, a no ser conformistas y fatalistas ante planteamientos inadmisibles. Y sobre todo, a tomar decisiones. Fugitivo de las represalias y el hambre, el tío abuelo fue consciente desde muy joven, que por nuestro origen campesino, estábamos condenados a la miseria y la migración; el mismo se autoexilió de un país, marginado y embrutecido por la guerra y la posguerra, aunque ya quedaban lejanas. Solía decirme, cogiéndome de la mano " Un día tu mundo infantil se quebrara, desapareciendo. Entonces, habrás de luchar siempre para seguir adelante". Y así fue.