“Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un
amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”
Este Proverbio hindú se lo dedico a mis
amigos los hermanos Carmen y Florentino Arellano. Lo hago desde
los Panchez porque tanto ellos como yo somos mitad y mitad: quiero decir, mitad de los Panchez y mitad de
El Alcornocal.
Germán.