A esta ermita iba yo a misa en los años 60. Recuerdo el tintineo de las pulseras de las "señoritas" al abanicarse.
Una luqueña adoptiva.
Y unos roscos de vino muy grandes que llevaban un s lazos de colores. El subastador que era, en mi época el sanero, decóa, al subastar: "¿ HAY QUIéN LE HAGA MEJORA?
Se hizo a expensas de los Condes de Luque en 1553. El día de la Candelaria en la explanada que hay delante se subastaban una paloma, una tórtola y varias cosas más.