A través de las ventanas veo la sierra de Luque y, en primer término olivos y jarales. Es un paísaje adusto, a medio camino entre los mimados jardines de Granada y los arriscados esquistos de la Alpujarra, con sus tajos y vaguadas grises y pedregosas, con sus abruptos barrancos, más abierto que uno y otro, dispensa la serenidad de ánimo que con tanto reconocimiento recibe un prisionero.
El Manuscrito Carmesi
A.Gala (Edt. Planeta).
El Manuscrito Carmesi
A.Gala (Edt. Planeta).