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Hola, yo viví en la C/ Marbella, frente a Anica, Timoteo, Adela, Salud, etc. Son tantos los recuerdos que llevo dentro, que cada vez que pienso en aquella maravillosa callle, empinada, empedrada, donde cuando llovía se convertía en río; y desde la puerta de la casa donde vivíamos, noº 14, mirábamos a las nubes para adivinar por donde saltaría el siguiente relámpago y como de "gordo" sería el trueno.
En casa de Anica nos reuníamos en la salita que tenía entrando a la derecha, junto al brasero, y su marido, José, nos contaba cosas que nos mantenía expectantes, curiosos, felices. No había tele pero, que hay mejor que aquéllo.
Me acuerdo de aquellas frías mañanas cuando salía de casa para ir a la Escuela Del ALGARROBO. Mientras caminaba hacia las cuatro esquinas veía a la gente trabajadora dirigirse con los mulos hacia su faena.
Los mulos, a veces resbalaban sobre las piedras y sus herraduras dejaban un rastro de chispas de fuego anaranjado que se desvanecían inmediatamente.
No sé, tengo tanto que contar... En otra ocasión seguiré con mi relato.
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En casa de Anica nos reuníamos en la salita que tenía entrando a la derecha, junto al brasero, y su marido, José, nos contaba cosas que nos mantenía expectantes, curiosos, felices. No había tele pero, que hay mejor que aquéllo.
Me acuerdo de aquellas frías mañanas cuando salía de casa para ir a la Escuela Del ALGARROBO. Mientras caminaba hacia las cuatro esquinas veía a la gente trabajadora dirigirse con los mulos hacia su faena.
Los mulos, a veces resbalaban sobre las piedras y sus herraduras dejaban un rastro de chispas de fuego anaranjado que se desvanecían inmediatamente.
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