Se consideran como la construcción civil más importante de la ciudad, siendo a su vez consideradas como uno de los mejores ejemplos de la provincia de
Córdoba.
Los catálogos editados que han estudiado este
edificio capitular defienden que el estilo
artístico se inserta entre los últimos ejemplos clásicos del renacimiento y los primeros del manierismo.
La
portada se alza guardando un equilibrio en las proporciones, cuya
fachada avanza hacia la
Plaza Mayor, dividiéndose en dos cuerpos separados por un cornisamento desde donde discurre una balconada.
En la parte inferior se abre la
puerta en forma de
arco de medio punto flanqueado por dobles
columnas estriadas sobre podios.
A la izquierda de la cara
monumental se alza una pequeña lápida de mármol con la siguiente inscripción latina: “ RES PUBLICA EPORENSIS EX DECRETO ORDINIS” colocada en el s. XVIII.
En el interior existen techumbres artesonadas, realizadas en madera siguiendo esquemas propios de la
tradición mudéjar. Las vigas y travesaños de la entrada se calendan en torno al siglo XVI al igual que la
veleta (1585)
Testimonios históricos revelan la necesidad apremiante de obras de este inmueble, finalizando las mismas en julio de 1702.
A modo de curiosidad afirmar que, aunque muchos autores han defendido a lo largo de la
historia la adscripción de este edificio a sede de la
Casa de Alba, las
Casas Consitoriales montoreñas fueron preconcebidas, construidas y costeadas a expensas del
pueblo de
Montoro para lugar de
reunión del poder político de la localidad.