OTRO DESASTRE DE GUERRA:
Ahora que se lleva tanto hablar del pasado y de recordar ha lo que ase tanto tiempo paso. Yo contare una historía que mis ojos vieron y mis oídos oyeron.
Y que ocurrió en un pueblo, en la provincía de Córdoba, jugabamos en la calle ha las bolas barios niños cuando por una de las calles, aparecieron cuatro hombres llamados en aquellas fechas milicianos, con su respectivas escopetas sobre el hombro, en un balcón ha poyado en la baranda había un señor, serían las doce de la mañana de repente oímos una voz que le mandaba bajar, el señor dijo que bajaría en cuando se pusiera las botas, de repente vimos como el señor que había estado en el balcón salio corriendo.
Aquellos señores sin medial palabra alguna y puniéndose las escopetas en lacara, y sin ningún miramiento dispararon sobre él como si de una pieza de casa se hubiera tratado, aquel señor le quedaron los sesos estampados en la parel de la casa de en frente.
La calle era más bien estrecha y el camión que vino ha cargarlo no podía pasar, y quedo parado ha unos veinte metros fueron dos señoreé los que lo cogiéndolo de los pies, y sin ningún miramiento lo llevaron arrastrando asta la trasera del camión, y lo cargaron como si hubiera sido un saco de cualquier cosa.
Las palabras que dijeron al cargarlo me las reservo pues fueron demasiado gordas y macabras para describirlas, hoy en la puerta de su casa y ha la altura del balcón hay una placa recordatoria, este señor había sido Capitán Arroyo.
A este escrito yo doy fe mi edad es ya demasiado para contar fabulas.
Saludos cordiales. Un recuerdo para su familiares, de un niño que presencion tan terrible asesinato...
Ahora que se lleva tanto hablar del pasado y de recordar ha lo que ase tanto tiempo paso. Yo contare una historía que mis ojos vieron y mis oídos oyeron.
Y que ocurrió en un pueblo, en la provincía de Córdoba, jugabamos en la calle ha las bolas barios niños cuando por una de las calles, aparecieron cuatro hombres llamados en aquellas fechas milicianos, con su respectivas escopetas sobre el hombro, en un balcón ha poyado en la baranda había un señor, serían las doce de la mañana de repente oímos una voz que le mandaba bajar, el señor dijo que bajaría en cuando se pusiera las botas, de repente vimos como el señor que había estado en el balcón salio corriendo.
Aquellos señores sin medial palabra alguna y puniéndose las escopetas en lacara, y sin ningún miramiento dispararon sobre él como si de una pieza de casa se hubiera tratado, aquel señor le quedaron los sesos estampados en la parel de la casa de en frente.
La calle era más bien estrecha y el camión que vino ha cargarlo no podía pasar, y quedo parado ha unos veinte metros fueron dos señoreé los que lo cogiéndolo de los pies, y sin ningún miramiento lo llevaron arrastrando asta la trasera del camión, y lo cargaron como si hubiera sido un saco de cualquier cosa.
Las palabras que dijeron al cargarlo me las reservo pues fueron demasiado gordas y macabras para describirlas, hoy en la puerta de su casa y ha la altura del balcón hay una placa recordatoria, este señor había sido Capitán Arroyo.
A este escrito yo doy fe mi edad es ya demasiado para contar fabulas.
Saludos cordiales. Un recuerdo para su familiares, de un niño que presencion tan terrible asesinato...