MONTORO: ¡Ay montoreña de mi vida!...

¡Ay montoreña de mi vida!
Cuanto te amo y extraño
que cada día y cada noche
con tu imagen hablo.
¡Montoreña de mi alma!
¿Por qué me has dejado?
Si yo no se vivir
si no estás a mi lado.
Miro con luz tu cara.
Con dulzura tus ojos.
Con anhelo tus brazos.
Y con ansias tus labios.
¡Montoreña de mi alma!
¿Quién podrá sustituirte?
Si no encuentro a nadie
que a ti pueda igualarte.
Y aunque te puedan igualar
quien podrá copiarte
esas pecas y lunares
que te hacen diferente.
¡Ay montoreña mía!
Cuanto te amo y extraño
nunca podré olvidarte
aunque pasen muchos años.
¡Y tu montoreña de mi vida!
Por favor, no te engañes,
tú me amas como antes,
pero lo guardas en tu alma
para que nadie los plagie.
No habrá amor más puro
como el que nos tenemos,
por eso estamos lejos
para que nunca sea turbio.
Tanto te habré deseado
que te sueño una y mil veces;
que si te hablo tú me escuchas,
que si te quiero, me quieres,
y siento una alteración
cuando despierto, al no verte...
que quiero seguir soñando
para cuidarte y quererte.