EN EL ESTÍO DE LA PLAZA
Un sol ardiente se clava
en la monumental plaza,
la torre y el giraldillo
hacen sombra empedrada.
Mientras el estío azota
mi soledad silenciada.
la diosa Ceres me observa
con su mirada dorada.
La cigarra en el naranjo
hace la tarde amorrada,
sus chirridos son letales
como tijeras cruzadas,
que acompañan al estío
el tedio y la soleada,
en el calor de la noche..
los grillos y la zumaya.
Con su carita de nácar
la luna es la invitada,
en esta noche silente,
en esta noche callada,
con aromas que se unen
de jazmines y lavanda.
Estío hay en la plaza
estío hay en el alma.
Un sol ardiente se clava
en la monumental plaza,
la torre y el giraldillo
hacen sombra empedrada.
Mientras el estío azota
mi soledad silenciada.
la diosa Ceres me observa
con su mirada dorada.
La cigarra en el naranjo
hace la tarde amorrada,
sus chirridos son letales
como tijeras cruzadas,
que acompañan al estío
el tedio y la soleada,
en el calor de la noche..
los grillos y la zumaya.
Con su carita de nácar
la luna es la invitada,
en esta noche silente,
en esta noche callada,
con aromas que se unen
de jazmines y lavanda.
Estío hay en la plaza
estío hay en el alma.