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Otro trágico incendio se produjo en Moriles hace dos años. El 5 de febrero del 2008 fallecía un matrimonio al quemarse su vivienda de madrugada. El siniestro tuvo lugar en el número 10 de la calle Blas Infante, en un piso bajo en el que vivían Julio Pacheco Muñoz, de 49 años de edad, y su esposa, Patrocinio Ojeda Cortés, de 43, junto con su hijo, Julio Alberto, de 19, que resultó con heridas de diversa consideración y tuvo que ser atendido por el 061 debido a un fuerte ataque de ansiedad.
El hijo de los fallecidos se produjo heridas mientras intentaba salir del piso, lo que pudo hacer a través de una ventana desde la que accedió al patio, saltando una tapia de unos tres metros de altura, para lo cual se ayudó de una banqueta.
Debido al peligro de propagación de las llamas, durante varias horas fueron desalojadas de viviendas aledañas unas 80 personas.
Según se puso de manifiesto por parte de los bomberos, las personas fallecidas estaban en habitaciones distintas y presentaban síntomas de inhalación de humo. La mujer estaba en el pasillo de la vivienda y el marido, en el dormitorio.
Según los vecinos, la mujer fue la más afectada por las llamas, por lo que mientras que al marido se le intentó reanimar, en el caso de ella no se intentó, ya que el médico certificó su muerte. Los cadáveres fueron trasladados a Córdoba para la autopsia y al día siguiente recibían cristiana sepultura en el cementerio de la localidad, entre una gran manifestación de duelo de sus paisanos, que difícilmente olvidarán tan trágica jornada.
El hijo de los fallecidos se produjo heridas mientras intentaba salir del piso, lo que pudo hacer a través de una ventana desde la que accedió al patio, saltando una tapia de unos tres metros de altura, para lo cual se ayudó de una banqueta.
Debido al peligro de propagación de las llamas, durante varias horas fueron desalojadas de viviendas aledañas unas 80 personas.
Según se puso de manifiesto por parte de los bomberos, las personas fallecidas estaban en habitaciones distintas y presentaban síntomas de inhalación de humo. La mujer estaba en el pasillo de la vivienda y el marido, en el dormitorio.
Según los vecinos, la mujer fue la más afectada por las llamas, por lo que mientras que al marido se le intentó reanimar, en el caso de ella no se intentó, ya que el médico certificó su muerte. Los cadáveres fueron trasladados a Córdoba para la autopsia y al día siguiente recibían cristiana sepultura en el cementerio de la localidad, entre una gran manifestación de duelo de sus paisanos, que difícilmente olvidarán tan trágica jornada.