Obra de transición del barroco al neoclásico, es concebida con una sola nave con crucero insinuado. Su cubierta presenta tres tramos de
bóveda de cañon y sobre el crucero una
cúpula gallonada sobre pechinas en las que se abren cuatro
ventanas. En su decoración destaca la combinación de elementos neoclásicos con otros barrocos. La
portada realizada por Remigio del Mármol es plenamente neoclásica. Se compone de dos cuerpos, el primero con
columnas dóricas y el segundo con corintias que enmarcan un relieve de la
Virgen del Carmen. Esta
iglesia ha sido declarada
Monumento Nacional.