El padre de Jaimito le manda a
comprar balas y a la que va al recado, su madre aprovecha para pedirle que le
compre supositorios.
Al día siguiente, cuando su padre vuelve de
cazar, le dice a la madre extrañado.
- Hoy he disparado por lo menos a veinte patos y no he matado ninguno.
- Pues yo me he tirado un pedo y he matado al gato.