¿Pero por qué, Isabé, si no te fartaba de ná? 16 abr 2013Compartir: facebook twitter meneame delicious A los cronistas cursis del periodismo andaluz les gustaba llamarla Niña Isabel, sobrenombre sacado de aquella melancólica habanera de Carlos Cano, también cantada por la propia Pantoja, en la cual se contaba la historia de una artista cubana que caía arrebatada por los amores de cierto marinero español. Hace tiempo que los cronistas líricos dejaron de llamar a Isabel Pantoja Niña Isabel. Y menos que se lo llamarán. Desde esta misma mañana en que, coincidiendo con el arranque de la Feria de Sevilla, se ha conocido la sentencia del caso Blanqueo, Niña Isabel ya no es Niña Isabel sino Delincuente Isabel. Blanqueadora Isabel. Ladrona Isabel. Codiciosa Isabel. El tribunal la ha condenado a dos años de prisión por blanquear los negros capitales amasados por su marinero Julián Muñoz, que convirtió la alcaldía de Marbella en un bajel pirata con el cual él y los suyos se dedicaron durante años al abordaje implacable del dinero de los mismos ciudadanos que les habían dado el mando de la nave.
En casos como este el pueblo soberano (y estafado) siempre se pregunta lo mismo: ¿Pero por qué, por qué, por qué? ¿Acaso necesitaba Pantoja ejercer de paraíso fiscal de su amante municipal? ¿Para qué meterse en esos líos si, como en la copla, a Isabel no le fartaba de ná? Como diría la desgraciaíta gitana María de la O: Mardito parné, que por su curpita dehaste al hitano que fue tu queré. Isabel no dejó a su gitano, pero si dejó a un lado su honor y su conciencia y su buen nombre por su puñado de oro.
Cuando pillan a los ricos robando los pobres nunca acabamos de entender por qué diablos roban teniendo de todo. Se ve que hay cosas de un rico que un pobre nunca entenderá. Nunca entenderemos a Mario Conde, a Mariano Rubio, a Iñaki Urdangarín, a Oriol Pujol… ¿Por qué lo hacen? Porque pueden. Por eso. Yes, we can. Porque al dinero le cuesta muchísimo trabajo decirle que no al dinero. Es llamativo cómo el Espíritu del Dinero acaba apoderándose de quienes tienen dinero, aunque no por eso el mundo deja de estar repleto de pobres deseosos de que algún día les ocurra lo mismo. No es que los ricos vendan su alma al diablo del dinero: es que éste la toma por su cuenta, sin preguntar siquiera. Es como si el propio paquete de Ser Rico llevara siempre incluido de regalo el pack Alma en Venta.
¿Irá a la cárcel Niña Isabel? Con la mano en el corazón, ¿qué preferimos los pobres, que vaya o que no vaya? Cruel dilema. Un resabio quién sabe si de machismo residual o quién sabe si de simple compasión me inclina a preferir que no acabe entre rejas. Ya sé que no es justo ni igualitario ni de izquierdas, pero es así. Si el Espíritu del Dinero se apodera sin piedad del alma de tantos ricos, dejemos que el Ángel de la Piedad ablande siquiera por una vez el corazón de algunos pobres. A un caballero que ha sobrepasado el medio siglo y que además nunca fue enemigo de coplas ni boleros le cuesta muchísimo, ¡qué le vamos a hacer!, dar su aprobación al fusilamiento de una dama. Y mucho menos en plena Feria de Abril.
Y AHORA QUE? V Espero os haya gustado.
En casos como este el pueblo soberano (y estafado) siempre se pregunta lo mismo: ¿Pero por qué, por qué, por qué? ¿Acaso necesitaba Pantoja ejercer de paraíso fiscal de su amante municipal? ¿Para qué meterse en esos líos si, como en la copla, a Isabel no le fartaba de ná? Como diría la desgraciaíta gitana María de la O: Mardito parné, que por su curpita dehaste al hitano que fue tu queré. Isabel no dejó a su gitano, pero si dejó a un lado su honor y su conciencia y su buen nombre por su puñado de oro.
Cuando pillan a los ricos robando los pobres nunca acabamos de entender por qué diablos roban teniendo de todo. Se ve que hay cosas de un rico que un pobre nunca entenderá. Nunca entenderemos a Mario Conde, a Mariano Rubio, a Iñaki Urdangarín, a Oriol Pujol… ¿Por qué lo hacen? Porque pueden. Por eso. Yes, we can. Porque al dinero le cuesta muchísimo trabajo decirle que no al dinero. Es llamativo cómo el Espíritu del Dinero acaba apoderándose de quienes tienen dinero, aunque no por eso el mundo deja de estar repleto de pobres deseosos de que algún día les ocurra lo mismo. No es que los ricos vendan su alma al diablo del dinero: es que éste la toma por su cuenta, sin preguntar siquiera. Es como si el propio paquete de Ser Rico llevara siempre incluido de regalo el pack Alma en Venta.
¿Irá a la cárcel Niña Isabel? Con la mano en el corazón, ¿qué preferimos los pobres, que vaya o que no vaya? Cruel dilema. Un resabio quién sabe si de machismo residual o quién sabe si de simple compasión me inclina a preferir que no acabe entre rejas. Ya sé que no es justo ni igualitario ni de izquierdas, pero es así. Si el Espíritu del Dinero se apodera sin piedad del alma de tantos ricos, dejemos que el Ángel de la Piedad ablande siquiera por una vez el corazón de algunos pobres. A un caballero que ha sobrepasado el medio siglo y que además nunca fue enemigo de coplas ni boleros le cuesta muchísimo, ¡qué le vamos a hacer!, dar su aprobación al fusilamiento de una dama. Y mucho menos en plena Feria de Abril.
Y AHORA QUE? V Espero os haya gustado.
Claro que me ha gustado y además bien explicado y con mucho criterio. Confío en que la justicia ataje a toda clase de sinvergüenzas, sean de la clase que sean.
Buenas noches y hasta más ver.
Buenas noches y hasta más ver.