Un día, pasaba un coche fúnebre por la calle y Jaimito iba detrás gritando.
- ¡Papá, papá! ¿Por qué me has dejado?
¡Llévame contigo!
Una señora que pasaba por ahí, al verlo comenta.
- Pobre chico, tan joven y ya se ha quedado huérfano.
De pronto, el coche frena y el conductor le dice a Jaimito.
- Pues corre más y súbete al coche, hijo, que llegamos tarde.
- ¡Papá, papá! ¿Por qué me has dejado?
¡Llévame contigo!
Una señora que pasaba por ahí, al verlo comenta.
- Pobre chico, tan joven y ya se ha quedado huérfano.
De pronto, el coche frena y el conductor le dice a Jaimito.
- Pues corre más y súbete al coche, hijo, que llegamos tarde.