¡Hombre! mira por donde me encuentro, con un admirador y yo sin enterarme.
Le agradezco todos sus elogios hacia mi persona, pero creo que no soy merecedor de ellos. Pero claro está: a nadie le amarga un dulce.
En cuanto a lo que yo pueda sentir por mi pueblo, nadie más que yo, lo puede conocer.
Llevo más de 46 años fuera de él y lo he visitado en muy pocas ocasiones y (aunque a algunos les parezca una tontada) yo lo llevo muy dentro de mi y nunca me olvidare de él.
En cuanto a ese edificio, cuando era Fábrica de Harinas y antes de marchar a prestar mi servicio Militar, me tocó trabajar y muy duro, en las faenas relacionadas, con el trigo y la harina.
Sr. TATO le deseo una feliz tarde.
Un saludo.
Le agradezco todos sus elogios hacia mi persona, pero creo que no soy merecedor de ellos. Pero claro está: a nadie le amarga un dulce.
En cuanto a lo que yo pueda sentir por mi pueblo, nadie más que yo, lo puede conocer.
Llevo más de 46 años fuera de él y lo he visitado en muy pocas ocasiones y (aunque a algunos les parezca una tontada) yo lo llevo muy dentro de mi y nunca me olvidare de él.
En cuanto a ese edificio, cuando era Fábrica de Harinas y antes de marchar a prestar mi servicio Militar, me tocó trabajar y muy duro, en las faenas relacionadas, con el trigo y la harina.
Sr. TATO le deseo una feliz tarde.
Un saludo.
Amigo Julio, trabajar lo que se dice trabajar, no lo tengo muy claro, el que trabajaba era yo comiendo todo el pan que podía para que tu siguieras trabajando, eso si que era un sacrificio y lo demás cuento. Es broma. Por cierto sabías que las estanterías que hay en el Mesón eran las del "colomato", no se como llegaron allí pero allí están. Un abrazo Antonio-José
¡Sí, sí! tú ríete, pero pregunta a los más mayores, y te podrán confirmar, que más de cuatro, sacos de harina y trigo, han pasado por mis espaldas.
Un abrazo.
Un abrazo.