¿Tienes un negocio?
Recuerdo una romería de hace mas de 25 años. Era de mis primeras visitas a Valsequillo y las muchachas y los mozos me recibieron como si del mismo pueblo fuese. Todos eran cariñosos y buenos y cantaban. Andaba enamorado de una moza guapa y de bonitos ojos del pueblo que me presentó a sus amigas que siempre tenían una sonrisa o algo porqué reir. En especial había un mozo que no diré el nombre pero sí que venía desde Alemania a la romería, una persona de gran corazón que te hacia sentir bien y el tiempo no pasaba en su presencia pues siempre tenía una palabra una frase amable, pequeño pero grande en espíritu y simpatía. Los PITUFOS nos decían y reía al oírlo. Nos ve desde el cielo. La carne se asaba con madera de los chaparros y el olor se fundía con el de la tierra y las amapolas. Y al final de la tarde la vuelta con el anochecer y el silencio roto por las canciones. Una caña en el bar de Pepito y dormir como solo se duerme en Valsequillo. AGUSTO.