A la que venía, de recoger los huevos de patos, de la granja de su abuela.
Jaimito decidió ponerse a venderlos en la puerta de la Iglesia.
Y comienza a gritar:
- ¡Huevos, vendo huevos de patas muy baratos!
El cura, al escucharlo, sale escandalizado y grita:
- ¿Pero qué es esto? ¡Sacad al niño de los huevos!
Y Jaimito, asustado le responde:
¡Pero padre! ¿No podría ser de las orejas?
Jaimito decidió ponerse a venderlos en la puerta de la Iglesia.
Y comienza a gritar:
- ¡Huevos, vendo huevos de patas muy baratos!
El cura, al escucharlo, sale escandalizado y grita:
- ¿Pero qué es esto? ¡Sacad al niño de los huevos!
Y Jaimito, asustado le responde:
¡Pero padre! ¿No podría ser de las orejas?